Oh madre quiero que me protejas de este bosque sombrío,
No te veo pero te siento,
Recuérdame madre, soy tu hijo,
Soy el único que te da su aliento.
Madre mía tengo miedo,
Miedo a las diferencias de los vivos conmigo.
Verdades subjetivas, experiencias individuales.
Sólo yo conozco la verdad, viviendo en una falacia.
Tengo miedo madre, por eso huí.
Huí de mi tierra por miedo a perder la flor,
Así como el Principito, daría mi vida por ella.
Madre mía ayúdame a protegerla,
Aleja toda oscuridad de ella.
Es lamentable, tengo miedo a perderla,
Empieza a marchitarse, sabe que le espera.
Me parece inaudito que una orquídea muera,
Una flor tan bella y tan pura,
Que cualquiera moriría por ella.
Por eso madre, no comprendo al río,
El que alguna vez dejó que floreciera ese amor mío.
Nunca pensé que mi tierra estaría así.
Siempre creí conocer a una Venezuela como la de Parra,
O bien una del buen Andrés, poetas de marca.
Describen a mi tierra con tales alabanzas,
Que mi alma se siente triste,
Triste que sólo sean páginas de un libro,
Triste que se trate de vidas pasadas.
Lloro, lloro por miedo mi amada,
Lloro porque ya no encuentro calma,
Ya no se cuanto tiempo me queda,
Si es que tiempo me sobrara,
No perderé a mi amada, no...
¡No! ¡Ya estoy cansado!
¡Estoy cansado de vivir esta mentira!
¡Estoy cansado de vivir falsas alegrías!
Madre mía tal vez me vaya, pero volveré.
Volveré para hacerle cara al río,
El ciego no sabe lo que hace,
El ciego no sabe que se ha metido conmigo.
Y se que muchos vendrán conmigo,
Por las noches sólo oigo los gemidos,
de Venezolanos que cansados estamos ¡Sí!
Así pues, rió prepárate,
Mi corazón está llameante,
Es una sed de justicia que siente mi paladar,
Es una sed de venganza que debo saciar.
No estoy ciego como tú,
Simplemente quiero ver vivir a mi flor,
Simplemente quiero rejuvenecer mi amor.
Ya me cansé de esperar por ti, río.
Al parecer tapados tienes los oídos,
Ya basta de clamar a mi madre,
Ya basta de llorar por las tardes.
Quiero que me devuelvas a mi tierra,
Quiero que me devuelvas a mi madre,
Y sin embargo no ves cuales son las verdades.
Río de cauce perdido, ya dejaste de ser mi amigo leal.
Enojo, rabia, tal vez odio, pero bien en altos están.
Sólo soy un poeta que muestra sus sentimientos más exacerbados,
Sólo soy un poeta que muestra estos sentimientos hallados.
Has matado, has muerto.
Tu alma indaga en pena,
Esperando tu condena.
Sabes bien que te espera,
Por eso haces oídos sordos,
Y caso omiso a lo que imperas.
Pues te digo, río que alguna vez fuiste mi amigo,
Llegarás al final del camino,
Nuevas aguas aguas vendrán,
Nuevas aguas se empozarán,
Harán una laguna, la que nunca hiciste.
Dejarán que la luna vista a los cisnes,
De nuevo veré a mi flor,
Gozando con fervor.
De nuevo veré a mi flor,
Amándome sin condición.
Madre que tú lo sabes todo.
Ya sabes la razón por la que te imploro.
Me has permitido ser tu hijo,
Y por mi lealtad yo te exijo,
Protégeme de las sombras,
Protégeme de los males,
Pues no sé a dónde me llevarán esos caudales.
Debo enfrentarlo, es mi prueba de fe.
Debo enfrentarlo para cortar ese curso de odio.
Debo enfrentarlo, si quiero ver un nuevo amanecer.